A partir del paso del huracán María, hemos confirmado que lo que nos salvará en las emergencias es la aportación comunitaria, la organización, las alianzas locales y de la diáspora, el compromiso y el amor hacia el país.
El año 2020 fue revelador en muchos sentidos. En sus inicios, tuvimos que atender la emergencia de los terremotos en el área sur de la isla. Las organizaciones de base comunitaria, los colectivos y mucha gente en su carácter individual contribuyeron en el apoyo y la atención de las familias afectadas. Se organizaron brigadas con diferentes propósitos y enfoques. No podía faltar la brigada feminista, la brigada Violeta o Caravana Violeta como llamó Coordinadora Paz para las Mujeres (CPM) a su intervención comunitaria en el Sur.
Una subvención de $5,000 de la Fundación de Mujeres en Puerto Rico (FMnPR) a Coordinadora Paz para las Mujeres promovió la gestión de la CPM de 580 servicios, allegando servicios de cernimiento médico, servicios legales, de autocuidado, de enlace con el gobierno y con albergues y centros de servicio en los pueblos de Ponce, Guánica, Adjuntas, Peñuelas, Guayanilla, Mayagüez y San Germán. Cada Caravana movilizó entre 12 a 50 voluntaries. Visitaron refugios y recogieron información vital para asegurar que las sobrevivientes de violencia de género estuvieran protegidas y seguras.
LUEGO DE LOS TERREMOTOS, LLEGÓ LA PANDEMIA DEL COVID 19 A LA ISLA
La pandemia y un sistema económico basado en competencia y explotación infligieron momentos de desesperación para Casa Julia. Nos cuenta Coraly León, Directora de Casa Protegida Julia de Burgos: “Recuerdo que al principio de la pandemia hubo gente que subió exhorbitantemente los precios de las mascarillas y el alcohol desinfectante. En aquel momento, las primeras 10 mascarillas que logramos comprar desde el albergue nos costaron diez dólares cada una. Llegué al borde de las lágrimas […], sintiendo las limitaciones para poder adquirir equipo de protección para el personal y para las participantes, que nos permitiera continuar realizando los trabajos de forma segura”.
En ese momento de crisis, no fue el Estado quien respondió, sino organizaciones como Taller Salud, a través de un donativo de $5,000 otorgado por la Fundación de Mujeres en Puerto Rico. El donativo, canalizado a través de Taller Salud, les permitió a Casa Protegida Julia de Burgos y a Casa Pensamiento en Aibonito responder ante la emergencia adquiriendo equipo necesario de protección en el manejo del COVID-19 y así continuar ofreciendo un servicio de emergencia que no podía detenerse.
Otra de las revelaciones del primer año de pandemia fue percibir nuevamente la vulnerabilidad que viven las mujeres, sobre todo aquellas que se encuentran en relaciones de violencia.
El encierro, la falta de empleo y el empobrecimiento fueron detonantes de actos de violencia en esas relaciones. Proyecto Matria vio una necesidad que atender y se dio a la tarea de construir —en alianza con Hogar Ruth, Casa Protegida Julia de Burgos, Hogar Nueva Mujer, Oficina de la Mujer del Municipio de Caguas y Casa la Bondad— una línea de emergencia que agilizó el proceso de solicitud de albergue por situación de violencia de género. Amárilis Pagán, Directora de Proyecto Matria, nos cuenta que “el donativo de la Fundación de Mujeres [les] permitió mantener activo el servicio telefónico del cual depende la Línea de Ayuda”.
Por otro lado, la CPM recibió otro donativo de $2,000 de la FMnPR para atender los efectos del encierro durante la pandemia, sobre todo para aquellas personas que otorgaban servicios directos y estaban manejando altos niveles de tensión y estrés. Lograron 7 encuentros de autocuidado, salud mental y espacios seguros facilitados por la experimentada Mercedes Rodríguez en los cuales participaron entre 68 a 271 participantes por sesión. La Dra. Irma Torres trabajó sesiones de acompañamiento con las directoras de albergues para procesar las situaciones diarias que enfrentaban, iniciativa que fue reconocida como sumamente valiosa por las participantes. También ofrecieron unos 8 webinars adicionales. Aunque la subvención de FMnPR no cubrió todos esos servicios, fue parte fundamental de la gestión.
La historia de las emergencias que nos han tocado vivir, en especial el desastre político que no prioritiza en la gente y sus necesidades, nos ha concientizado de lo apremiamente de la búsqueda y gestión de la sostenibilidad de los proyectos. Por eso, parte del donativo de $12,200 que se le otorgó a Proyecto Matria, además de apoyarles con la línea de emergencia, apoyó la preparación de propuestas, que resultaron en algunos financiamientos. Además, trabajaron un plan de negocios para un proyecto agrícola enlazado a su proyecto Miraflores Produce en Orocovis, al sentar las bases del proyecto para poder continuar en la búsqueda de fondos que lo fortalezcan.
La creación y fortalecimiento de este proyecto agrícola con modelo feminista logrará fortificar a su vez el proyecto económico de Matria conocido como Arepa Chic. Arepa Chic, además de ser un espacio de desarrollo laboral para mujeres, contribuye a la sostenibilidad de Proyecto Matria como organización sin fines de lucro. “Al día de hoy —y gracias al proceso de preparación y de consultoría— tenemos una visión más clara de lo que queremos y de lo que es viable para seguir expandiendo el radio de acción de Proyecto Matria”, expresó Amarilis Pagán.
Donar a proyectos de mujeres o proyectos comunitarios tiene siempre un efecto multiplicador. Es la ruta más efectiva y sostenible para acabar con la desigualdad y la injusticia de género, además de que impacta a familias y comunidades. La Fundación de Mujeres en Puerto Rico tiene el compromiso de seguir apoyando proyectos como Coordinadora Paz para las Mujeres, Taller Salud, Casa Protegida Julia de Burgos, Casa Pensamiento y Proyecto Matria, que luchan para combatir la violencia por razón de género y la pobreza. Estas organizaciones salvan vidas en Puerto Rico diariamente, y particularmente cuando las respuestas del Estado no son eficientes.
Como siempre, recabamos su colaboración para continuar aumentando los recursos económicos que nos permitan subvencionar proyectos —poderosos, efectivos y sustentables— por mujeres y para mujeres, en todas sus diversidades, en Puerto Rico.
Sobre las organizaciones
CASA PROTEGIDA JULIA DE BURGOS, INC.
Casa Julia es el primer albergue para mujeres víctimas sobrevivientes de Víctimas de Violencia Doméstica que se estableció en Puerto Rico en el 1979. Desde su fundación, Casa Julia, ha desempeñado una labor importante protegiendo y asistiendo a las víctimas de violencia doméstica. Se ha dado a la tarea de elaborar planes de escape, de seguridad y contingencia, la creación de espacios seguros para la ubicación de madres e hijos/as acechados por el agresor, en riesgo inminente de sufrir daños físicos y psicológicos y peor aún, deambular. Por medio de los servicios de albergue, orientación y consejería, las participantes son encaminadas hacia un proceso de apoderamiento mediante el cual reconocen su potencial para tomar control de sus vidas y vivir una vida libre de violencia.
PROYECTO MATRIA, INC.
Matria es una organización comunitaria sin fines de lucro que opera una red de servicios a través de todo Puerto Rico. El innovador enfoque de Matria trasciende la visión asistencialista de concebir a las personas como víctimas, y les ofrece servicios comprometidos con sus necesidades, su desarrollo humano pleno y el desarrollo de capacidad propia y permanente para su autosuficiencia e independencia económica, para que valide su rol como recurso productivo medular para el desarrollo económico y social de Puerto Rico.
TALLER SALUD
Taller Salud es una organización feminista de base comunitaria dedicada a mejorar el acceso de las mujeres a la salud, reducir la violencia en entornos comunitarios y fomentar el desarrollo económico a través de la educación y el activismo. Fundada en 1979, Taller Salud es una organización independiente, no gubernamental y sin fines de lucro.
CASA PENSAMIENTO MUJER DEL CENTRO
Casa Pensamiento es una organización sin fines de lucro que ofrece servicios especializados a mujeres, hombres y comunidad LGBTTIQAP que atraviesan situaciones de Violencia Doméstica, Agresión Sexual y Violación en Cita.
COORDINADORA PAZ PARA LAS MUJERES, INC. (CPM)
CPM es la Coalición Puertorriqueña contra la Violencia Doméstica y la Agresión Sexual. Su membresía está constituida por treinta y ocho (38) organizaciones y catorce (14) integrantes individuales. La componen los albergues de emergencia, organizaciones de servicio directo, programas universitarios y gubernamentales, feministas y activistas de derechos humanos que ofrecen servicios y apoyo para sobrevivientes de violencia por razón de género. CPM ofrece educación a proveedorxs de servicios y a la comunidad, asistencias técnicas a organizaciones integrantes y orientación y referidos a sobrevivientes de violencia de género.