El Fondo de Justicia Climática y Seguridad Alimentaria invierte en agricultoras que lideran el movimiento de sostenibilidad y seguridad alimentaria al proveer fondos para sus esfuerzos agrícolas y apoyo técnico para fortalecer sus asociaciones. De esta forma, multiplicamos el impacto a una red de agricultoras en continuo crecimiento.

Reconocemos el desafío de Puerto Rico con la seguridad alimentaria. En particular, reconocemos los desafíos que enfrentan las agricultoras ante los efectos del cambio climático en la inestabilidad estructural de la cosecha de alimentos saludables y en su acceso a comunidades.

La seguridad alimentaria en Puerto Rico está comprometida por las políticas de producción, distribución, por desastres socionaturales y el cambio climático, como se destacó luego de los huracanes Irma y María. Nuestra dependencia de las importaciones de alimentos, que es alrededor del 85% de los alimentos que consumimos, amenaza la seguridad alimentaria en el archipiélago. Por ello, en los últimos años las personas que trabajan en la agricultura, así como el liderazgo comunitario, han estado promoviendo la producción de alimentos de origen local y accesibles para todo el mundo.

Las mujeres de las zonas rurales de Puerto Rico siempre han mantenido jardines y pequeñas granjas para proveer a sus familias de alimentos saludables y generar ingresos adicionales. Esta práctica, sin embargo, no ha aumentado significativamente los ingresos generados de estas familias, no ha creado más oportunidades de empleo, ni producido ganancias nutricionales para la comunidad en general. Tampoco ha impulsado la salud general. Con el acompañamiento necesario, apoyamos a las agricultoras a maximizar sus esfuerzos, tanto para su propio desarrollo económico como el de sus comunidades.